El valiente sacrificio de Nanahuatzin
- Isabella Ameyalli

- 24 jun
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 21 ago
Hace mucho, mucho tiempo, el mundo vivía en oscuridad puesto que el cielo no tenía Sol. Los dioses se reunieron en un gran lugar sagrado llamado Teotihuacán, porque sabían que ya era hora de crear una nueva luz para el cielo: ¡el Quinto Sol!

Los dioses hablaron entre ellos y dijeron:
—Necesitamos que uno de nosotros se ofrezca para dar su vida y convertirse en el nuevo Sol. Es un gran sacrificio, pero muy valiente.
Entonces se acercaron dos dioses muy distintos:
✨Tecuciztécatl, un dios rico, brillante y orgulloso.
🌿 Nanahuatzin, un dios humilde, callado y cubierto de llagas.
Los dos aceptaron la misión. Los sabios ancianos les pidieron que hicieran ayuno, meditaran y se prepararan con mucha fe. Les construyeron hermosos templos, uno dorado y otro de barro.
Tecuciztécatl, el dios orgulloso, se cubrió de plumas, piedras preciosas y pensó:—¡Seré un gran sol! Todos me admirarán.

Nanahuatzin, en cambio, solo se puso una corona de papel, ofreció flores y su corazón puro. No tenía riquezas, pero tenía algo más fuerte: valor y amor.

Llegó la noche del gran momento. Una gran fogata ardía en el centro del templo. Los dioses rodeaban el fuego, esperando que el elegido saltara dentro para convertirse en el Sol.
Tecuciztécatl lo intentó… ¡una vez! Pero el fuego lo asustó. Lo intentó de nuevo… ¡dos, tres, cuatro veces! Pero no podía.
Entonces, sin dudar, Nanahuatzin cerró los ojos, respiró hondo… y saltó al fuego con valentía.

Entonces… Una luz hermosa empezó a subir por el cielo…¡Nanahuatzin se había convertido en el nuevo Sol!

Al ver eso, Tecuciztécatl, avergonzado, también saltó. Pero como no fue el primero, los dioses lanzaron un conejo sobre su cara para quitarle brillo. Por eso, cuando miras la luna, puedes ver la figura de un conejito en ella.

Desde ese día, el Sol brilla gracias al dios más humilde, valiente y generoso:
Nanahuatzin, que enseñó a todos que no importa cuánto tienes, sino cuánto das desde el corazón y que la verdadera luz nace del amor, la humildad y el valor.
¡Incluso el más pequeño puede hacer cosas grandiosas cuando actúa con el corazón!

El verdadero valor no está en la apariencia, sino en el corazón.
Nanahuatzin, a pesar de ser humilde y enfermo, fue el único con el coraje suficiente para sacrificarse por el bien de todos. Su entrega dio origen al sol, iluminando al mundo entero. Esto nos enseña que la valentía, la humildad y el amor desinteresado pueden transformar la oscuridad en luz.
✨ "No importa cómo te veas por fuera, lo que cuenta es lo que haces con amor y valentía."

Texto Isabella Ameyalli


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