Recetas Mágicas Parte 4
- Sofi Lechuza Blanca

- 30 jul
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 21 ago
Hay recetas que parecen venir de los libros… y otras que susurran los duendes ✨🌿.
Esta Miel de Duende no la inventé, pero la adopté como quien encuentra una piedra brillante en el bosque: la probé, la afiné, la llené de flores, especias y propósito. No es solo dulce: es una pócima suave para rituales cotidianos —un té al anochecer, un deseo escrito, una charla con tu alma. Tiene magia pequeña, de la que no hace ruido pero sí raíz. Y aunque no traiga alas ni sombreros puntiagudos… sí guarda algo encantado. 🌙🍯a.

Esta sal guarda el lenguaje antiguo de las especias que protegen, abren caminos y sostienen el cuerpo. Es una medicina discreta que actúa en silencio: en la olla, en el altar, en el borde de una vela o sobre la palma antes de pedir. Úsala para sazonar tus alimentos y también para trazar un círculo, sellar una oración o bendecir tus manos antes de crear. Que lo cotidiano sea medicina.

✨ Ahí les va este regalote. 🔥🔥
A veces, lo que arde en la lengua es lo mismo que despierta el alma... Esta salsa bruja no solo aviva el paladar: es un conjuro líquido que abre caminos, limpia lo estancado y le da carácter hasta al guiso más simple. 🌶️🌪️
Cada ingrediente ha sido tocado por el fuego y la intención. Lo pones en frascos, sí, pero lo que estás guardando es un hechizo de fuego, humo y calor. Que no te falte en la cocina ni en el altar.

Amo cuando un mes empieza a cerrarse y me dan ganas de preparar cosas que huelan a despedida suave... 🌙🌼
Hoy hice jabón de caléndula, porque siento que mi cuerpo también necesita decir "gracias" y "hasta luego"
La versión líquida la uso para lavarme las manos, esas que tocan, que sostienen, que a veces también sueltan. Y la sólida la guardo para mis baños de luna, o cuando necesito quedarme en silencio un rato largo conmigo.
La caléndula siempre me recuerda que se puede sanar sin hacer ruido, que hay ternura en protegerse, y que todo lo que florece también sabe recogerse cuando es tiempo.

A veces solo necesito sentarme un rato, mirar todo lo que quedó suelto del mes y nombrarlo bajito. Lo que me dolió, lo que ya no quiero repetir, lo que me hizo bien aunque haya pasado rápido. 🌿
Hoy junté flores que tenía guardadas, un papelito arrugado donde escribí algo que todavía no sé si es deseo o despedida, y armé un pequeño ritual sin grandes gestos. Como quien guarda algo importante en una caja y no necesita mostrarlo.
El frasco no es para pedirle al universo, es para hablar conmigo sin prisa. Para cerrar el mes con dignidad, con ternura, sin seguir acumulando pendientes.
Me sirve para recordar que no todo se tiene que resolver… pero sí se puede transformar.

Por Lechuza Blanca 🤍🦉
Te acompaño en tu despertar espiritual contáctame en




Comentarios